LOS FRUTOS SECOS QUE CONSUMIMOS QUE SEAN NATURALES. NO NOS ENGAÑEMOS-SALUD PARA TODOS

Estos son los tres frutos secos que los médicos en España piden que elimines de tu dieta.

El peor fruto seco del 'súper'

El fruto seco ideal debería poseer tres características: crudo, sin sal y sin aditivos como frituras o miel. En resumidas cuentas, un fruto seco no procesado, con excepción del caso anecdótico del anacardo, el cual es imposible de consumir en crudo. Este fruto debe tostarse al menos una o dos veces para evitar el consumo de la toxina urushiol, presente de forma natural.

Todos los anacardos que se comercializan han recibido este procesado previo por necesidad. De hecho, el único "procesado" que podría aceptarse para cualquier fruto seco, sin perjudicar su valor nutricional ni convertirlo en un ultra procesado sería precisamente el tostado. Sin embargo, es mucho más común encontrar frutos secos con diferentes procesamientos o aditivos.


El más típico de ellos, la fritura: los 'quicos' o los cacahuetes fritos son muy comunes tanto en los supermercados como en el típico bar. Ninguno de ellos es un "fruto seco" como tal, pero suelen consumirse como si lo fueran. Freírlos, aunque sea con el mejor aceite del mundo, convertirá al fruto seco en un alimento procesado con mayor densidad calórica y porcentaje graso del que sería deseable, además de potenciar su palatabilidad y por tanto facilitar que los consumamos en exceso.



Si además de la fritura, añadimos los casos de los frutos secos salados, tenemos un doble procesado totalmente innecesario. La sal, como la fritura, potenciará el sabor de los frutos secos y su palatabilidad, con la consecuencia de facilitar su consumo y que por tanto superemos la dosis óptima de 30 gramos diarios con facilidad. Además, recordemos que se aconseja no superar los 5 gramos de sal (2 gramos de sodio) al día. Ese límite es fácilmente superable si consumimos frutos secos salados, o fritos y salados de forma simultánea.


Pero el peor de los casos, el peor de los frutos secos, y el que jamás debería recomendarse, añade un aditivo más a la ecuación: la miel. Concretamente, hablo de los cacahuetes fritos con miel, que suelen también llevar sal añadida.  Estaríamos frente a un fruto seco que incumple las tres características ideales mencionadas al inicio.


En este caso tenemos frente a nosotros un alimento ultra procesado de libro:


- Un fruto seco frito, lo cual añade grasa y calorías totalmente innecesarias que mejorarán la palatabilidad y potenciarán la ganancia de peso, en lugar de la saciedad asociada a los frutos secos naturales.


- Un fruto seco salado, que de nuevo potenciará su sabor y palatabilidad, y facilitará el consumo excesivo de sal, aumentando el riesgo cardiovascular en lugar de reducirlo.


- Un fruto seco rico en azúcares libres procedentes del baño en miel, que también potenciará la palatabilidad de los frutos secos y facilitará su consumo excesivo.

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El consumo de frutos secos ha demostrado estar relacionado con un mejor estado de salud y la posibilidad de vivir más años, pero no siempre los tomamos como deberíamos. Estos alimentos contienen una buena proporción de grasas saludables, proteínas vegetales, minerales y vitaminas. Sin embargo, en España normalmente los tomamos como un simple aperitivo y, por esta razón, acabamos tomando los más procesados y maridados con bebidas alcohólicas o refrescos azucarados, que eclipsan sus buenas propiedades.

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Uno de los beneficios más conocidos de los frutos secos (los no procesados)  es su efecto protector frente a las enfermedades cardiovasculares. Pero, ¿cómo logran mejorar la salud del corazón? Uno de sus compuestos más potentes para lograr este objetivo son las grasas insaturadas, que han demostrado ser sustancias muy efectivas contra el colesterol malo o lipoproteína de baja densidad (LDL, por sus siglas en inglés). De todas formas, también contienen fibra, que ayuda a reducir el colesterol y los azúcares, y algunos de ellos, ácidos grasos omega-3, esteroles y L-arginina.

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Comamos frutos secos todos los que queramos, pero... asegurémonos de que no estén procesados. Leamos bien los ingredientes cuando vayamos a comprar frutos secos al supermercado. Nuestra salud nos lo agradecerá. Si son con cáscara mejor, así los podemos pelar nosotros mismos, Aún así... ¡Ojo con pistachos con cáscara y otros que pueden estar fritos o salados!


Nuria Marruedo López


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