LA INJUSTICIA DE AQUELLOS TIEMPOS

Hoy le respondo a...

(Santiago Ramón y Cajal)

De todas las reacciones posibles a una injusticia, la más hábil y económica es el silencio.

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Económico seguro que resulta el silencio. Prudente también, hábil no sé.

Las injusticias a veces no se pueden combatir por mucho que se quiera. El que tiene el poder en sus manos, es el que actúa a su libre albedrío. Depende todo de la época que nos encontremos. Antaño sería todo muy distinto. Las injusticias muchas veces las hemos vivido en nuestra propia carne y no hemos podido hacer nada. En la época de Santiago, quizás más difícil de emprender esa lucha en su situación como médico. Cuando la ley la tienen unos pocos la justicia poco cabe si la mente no es objetiva y tampoco entiende más que de favores.

Lo de la hoguera que ha dicho una compañera, ya me parece excesivo. Nunca se debe querer combatir una injusticia con las armas o con la vida de la, o las personas que la cometen.

Habría que ver el contexto y época de la situación de dicha injusticia. 

Aun así el intentar hacer algo nunca está de más si se puede. No creo que sea cuestión de cobardía sino de poder.

Ni siquiera ahora en nuestros días podemos ir en contra de alguna injusticia. Las leyes que tenemos, parece que solo sean para la conveniencia de unos pocos; en este caso de los que tienen dinero para poder pagar lo que necesiten para un buen juicio con su consiguiente abogado, procurador, costas... Si tienes suerte hasta el estado te puede proporcionar un abogado de oficio. A saber.

Suerte de vivir en los tiempos que vivimos por muchas injusticias que veamos o vivamos. Las de antes... Mejor no hablar de ellas. Te azotaban, te quemaban, te echaban a los leones, te guillotinaban, te ahorcaban, te fusilaban... 

La pena de muerte no debería de existir en ningún país del mundo. Nadie somos quien ni tenemos derecho sobre nadie, para quitar la vida de un ser humano.


Nuria Marruedo López 


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