GLUTAMATO MONOSÓDICO E621-SALUD PARA TODOS

¿Qué es glutamato monosódico y sus consecuencias?

El glutamato monosódico o E621 daña el sistema nervioso y sobre-estimula a las neuronas llevándolas a un estado de agotamiento, y algunas eventualmente morirán como consecuencia de esta estimulación artificial. Además, que los niveles de glutamato en la sangre sean más altos contribuye a malestares físicos. 


Actualmente, uno de nuestros peores hábitos es el consumo de alimentos procesados, como el glutamato monosódico, por su alto contenido de sodio, grasas y químicos. Han transformado una experiencia que solía ser nutritiva en algo puramente artificial (y en algunos casos dañino).

El glutamato monosódico se encuentra entre los muchos aditivos químicos de nuestros alimentos y podemos hallarlo naturalmente en algunos alimentos como la carne, las espinacas y los champiñones, sin embargo el glutamato monosódico o GMS es el resultado de un proceso químico.

Como decíamos, el glutamato monosódico es un aditivo que mejora el sabor de algunos alimentos procesados. La Unión Europea lo clasifica como un aditivo alimentario, que se ha asociado con algunos síntomas y malestares. En EEUU, por el contrario, se considera seguro. Consigue, por ejemplo, que las carnes procesadas y la comida congelada sepa más fresca, que los aderezos tengan un mejor sabor y le quita el gusto metálico a los alimentos enlatados. Nos hace creer que la comida sabe mejor, más sana y más rica en nutrientes

¿Qué provoca el glutamato monosódico?

Su consumo  puede causar las siguientes dolencias:

Dolores de cabeza

Migrañas

Espasmos musculares

Náuseas

Alergias

Ataques epilépticos

Depresión e irregularidades cardíacas

Un alto consumo de glutamato monosódico se ha relacionado también con un peor desarrollo de ciertas enfermedades como el Alzheimer, la depresión, el autismo o la esclerosis múltiple. Y al tratarse de un aditivo, evita la sensación de saciedad, por lo que incita a seguir comiendo, y por tanto, puede inducir a la obesidad.


¿Cómo hacer para no consumir glutamato monosódico?

El primer imperativo es consumir productos orgánicos y dejar de ingerir alimentos procesados. Antes de comprar cualquier producto procesado (salsas, galletas, congelados…) debemos leer las etiquetas, por si contiene glutamato monosódico. En ocasiones etiquetan al GMS de otra manera, o es uno de los compuestos de la proteína texturizada, la gelatina, el nutriente de levadura o el concentrado de la proteína de soya.

También puede haber rastro de glutamato monosódico en los alimentos bajos en calorías o los que están enriquecidos con vitaminas, el almidón y jarabe de maíz, jarabe de arroz y leche en polvo. Igualmente, algunos cosméticos, jabones, acondicionadores y champús.

¿Cómo se produce el glutamato monosódico?

El glutamato monosódico ha sido producido por tres métodos: hidrólisis de proteínas vegetales con ácido clorhídrico para romper los enlaces peptídicos, síntesis química directa con acrilonitrilo y fermentación bacteriana, que es el método actual. Actualmente, la mayoría del glutamato se produce por fermentación bacteriana, en un proceso similar a la elaboración de vinagre o yogurt.


 https://www.diariovasco.com/gastronomia/despensa/glutamato-monosodico-debemos-20190713164013-nt.html

Alimentos que contienen glutamato monosódico

En este apartado vamos a hablar de los alimentos que contienen glutamato monosódico como un aditivo alimentario. Lo podemos encontrar en multitud de alimentos como:

Las sopas

Las patatas fritas

Las croquetas

Los gusanitos

Productos cárnicos procesados

Aperitivos salados como las aceitunas

Pastillas de caldo

Salsas

Cremas y purés



En general se puede encontrar en alimentos procesados. En los restaurantes de comida china o japonesa se suele utilizar el glutamato monosódico en diversos platos.

Alimentos que contienen de forma natural glutamato monosódico

El glutamato monosódico se encuentra también  de forma natural en determinados alimentos como los siguientes:

Queso parmesano,  roquefort, emmental o cheddar

Jamón

Nueces

Champiñones o setas shiitake

Tomates

Guisantes

Carne de vaca o de pollo

Algas

Té verde

Salmón

Leche

Leche materna

Pollo



¿Produce adicción el glutamato?

Aunque el glutamato monosódico se considera seguro, la EFSA (European Food Safety Authority) ha establecido un nivel máximo o ingesta diaria admisible de glutamato en 30 g/kg de peso corporal por día. El origen de la polémica sobre los posibles efectos adversos del glutamato monosódico deriva de la publicación del doctor Ho Man Kwok que en el año 1968 escribió a una publicación de Estados Unidos detallando palpitaciones, debilidad y otros efectos  parecidos a una intolerancia alimentaria cada vez que iba comer a un restaurante chino.


Por ese motivo, los síntomas asociados al consumo de glutamato sódico se denominan síndrome del restaurante chino. Desde entonces se han realizado numerosos estudios, unos de los últimos es de la Universidad Oberta de Catalunya (UOC) que destaca, entre otros aspectos, lo siguiente:


El umami activa y envía señales al cerebro, provoca placer y nos hace sentir que lo que comemos es sabroso y deseable.

Impacta en el comportamiento, las emociones y el control del estado de ánimo.

La producción de glutamato monosódico ha aumentado mucho. Hace 40 años se producían 200.000 toneladas y hoy se producen 3.000.000 de toneladas.

El alto consumo de glutamato monosódico se relaciona con un peor desarrollo de enfermedades como el Alzheimer, la depresión, el autismo o la esclerosis múltiple.

Por otro lado, existen estudios que demuestran que las personas que consumen glutamato tienen más tendencia a comer productos que lo contienen. No es que produzca adicción es que al tener mejor sabor apetece más comer alimentos que contienen glutamato monosódico, que además suelen tener más sal, grasa y azúcares añadidos. Como consecuencia de todo lo anterior, es recomendable moderar la ingesta de productos que contengan glutamato monosódico y cuidar nuestra dieta para no superar la cantidad recomendada. Además, es preciso leer atentamente las etiquetas de los productos que compramos cada vez que vayamos al supermercado. Existe un estricto control sobre los aditivos alimentarios y la normativa europea determina cuáles están autorizados, cuáles no, a qué alimentos pueden añadirse y en qué dosis. La EFSA realiza controles periódicos sobre los aditivos alimentarios para proteger la salud. Por lo tanto, en un futuro podrían introducirse cambios en la legislación. El cuidado de nuestro bienestar, no obstante, está en nuestras manos y reducir grasas, azúcares y alimentos procesados son algunas de las claves para poder cuidar nuestra dieta




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Nuria Marruedo López 

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