Un soplo en la mañana
A las 13h de hoy, tu corazón se ha parado, tu aliento ha dejado de resoplar y tu alma se ha evaporado como el viento en la calma de la mañana.
Hoy se te fue la vida María Ángeles. El espacio que tenían reservado para ti ya está ocupado.
Viniste a mi vida y te fuiste de ella sin despedirte de mi. Ahora se que me estás viendo y me dices el descanso que estás teniendo.
Te paseaba de aquí para allá, te subía y te bajaba con tu bag en la bolsa colgada en tu silla de ruedas, esa en la cual yo repetía día a día tus idas y venidas por los pasillos y ascensores del hospital. Te reías, nos dabas siempre las gracias y sentíamos tu gran optimismo cuando nos hablabas. Sentías que ibas avanzando, que poco a poco te ibas recuperando, y tu sonrisa nos transmitía toda tu alegría. Así iban pasando tus días, siempre en buena compañía; la del acompañante inseparable de tu vida, esa que ahora le ha dejado tan solo con tus recuerdos.
Qué corta a veces se nos hace una vida... el mismo tiempo que cuesta el conocerla y el verla desaparecer.
Descansa en paz María Ángeles, siempre te llevaré en mi memoria.
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