A TODOS LOS QUE ESTÁIS AHÍ
Todos somos personas y todos tenemos nuestra historia. Todos la hemos ido forjando día a día a lo largo de nuestra vida. Incluso ahora en nuestro presente seguimos haciendo historia. A lo largo de nuestra mucha o poca existencia, todos habremos pasado por momentos difíciles seguramente; unos más que otros. Para cada uno, sus pesares serán los más dolorosos, los más importantes, los únicos, no los de otros (sean desamores, pérdidas de trabajo, algún familiar, enfermedades...). Por eso somos individuos. Tenemos que verlo con optimismo y decir, aquí estoy y puedo estar para contarlo, de todo se puedo salir. Si alguno no ha llegado a pasar o está pasando por alguno de ellos... mucha suerte ha tenido en su vida. Pero supongo que no. Lo importante de todos ellos, el haber podido superarlos y poder estar ahora aquí. Tenemos que alegrarnos de los logros conseguidos por los demás y no criticarlos. Pensar en los nuestros propios y compartirlos a la vez que los otros; por buenos o malos que hayan sido o estén siendo. Ahí radica la empatía o el saber estar en el lugar del otro, o tan solo el entender y comprender. Alegrarnos por sus triunfos y apesadumbrarnos por sus derrotas. Aunque creo que nunca hay derrotas, estas tan solo nos las creamos nosotros mismos. Luchemos por lo que queramos conseguir y triunfaremos en todo lo que nos propongamos. Eso sí, hay que ser constante en ello, cueste el tiempo que nos cueste; al final seguro lo conseguiremos. Ninguno, en nuestra vida, habremos estado libre de pecado alguno, pero eso no es lo que importa, lo importante de lo malo cometido... es el arrepentimiento. Tan solo nosotros somos los únicos que nos podemos perdonar si así es nuestro deseo. Lo hecho, hecho está. El perdonar es de buenas personas, tanto como el de la persona que sabe decir lo siento.
Nuria Marruedo López
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