EL VALOR DE LA SUPERVIVENCIA
invierno 2022
Te agita el viento y ahí permaneces, enraizada en tu tierra huyendo de sus grandes fauces.
Te sigo admirando; siento y pienso... ¡Qué será eso que tu sientes! ¡Qué será eso que tú padeces!
Será la luz del sol resplandeciente, esa que luce en ti y brilla constantemente. Será su calor la que calienta tus pétalos y les arropa con su calor permanente. El será el que te da la vida por el día. Por la noche...
Será el frío de la noche helada la que conserva tu vida, la que te apaga brevemente para darte de nuevo a la nueva luz del día siguiente.
¿Qué será lo que te deja resistir y sobrevivir a tanta obscuridad para no dejarte marchar?
Cuando me asomo de nuevo al ventanal, ahí sigues, ahí estás, sin nada ajado en tu nuevo despertar.
Qué haríamos sin estos preciosos instantes, sin estos preciados momentos.
Démonos este poco tiempo de disfrute a nuestros sentidos.
Es una simple flor, pero el hecho de ser nuestra, de darle nosotros el nacer a su nueva vida...
Transmite un soplo de aire fresco y felicidad a nuestro ser.
Eres mía, pero te marcharás, desaparecerás para no volver a verte jamás
Soy tuya porque te planté, te cuidé y aún así pronto te perderé.
Delicados esos momentos en los que me diste todo de ti, de tu ser, pues ya nada me puedes más dar.
Con tu ser, me lo has regalado todo.
Nuria Marruedo López
Bellas palabras de Principita para su querida flor.
ResponderEliminarPor favor, Principita.... Domestícanos!!
No se puede domesticar por tan solo querer hacerlo. Se domestica algo o a alguien, porque se le quiere, porque se siente algo limpio y puro por ello. Es difícil domesticar. Cuando llegas a hacerlo, se adquiere una enorme responsabilidad. Solo se puede hacer desde el corazón
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